*Preocupa a la sociedad en general que la gente no acuda a las urnas, sobre todo los jóvenes que no quieren tener nada que ver con la política, sin darse cuenta que su apatía genera un círculo vicioso.
Un fantasma recorre el proceso electoral en México: el fantasma del abstencionismo, mismo que amenaza con deslegitimarlo y pone en serio riesgo el sano desarrollo de la democracia, al rechazar una parte importante del electorado acudir a las urnas.
Esta situación resulta preocupante para la sociedad en general y en particular para las autoridades electorales y más, para los partidos políticos y candidatos, que pierden credibilidad al llegar al poder con un mínimo de sufragios.
El abstencionismo es un fenómeno que por más que se ha tratado de revertir, ha resultado hasta ahora imposible de acabarlo, siendo los jóvenes quienes más se han alejado de participar en las elecciones.
En el país se ha generado un círculo vicioso, donde los políticos se han encargado de desprestigiar la profesión de la política, al utilizar como herramientas cotidianas la mentira, la demagogia, la promesa que nunca se va a cumplir y la corrupción ya estando en el cargo para el que se les eligió.
Ante los abusos, el ciudadano reacciona evitando en su vida tener que ver nada con la política, el joven escucha las inconformidades del adulto y en consecuencia se niega a ir a votar el día de las elecciones.
Pero lo que el abstencionismo y quienes lo practican no saben, es que el no votar facilita las cosas a los intereses creados, a los votos duros de los partidos quienes se afilan las garras para repartirse el poder, puestos y millonarios recursos económicos sin haberse enfrentado al voto adverso de la ciudadanía que no se presentó a la jornada electoral.