La fortaleza de un instituto político está directamente relacionada con la importancia que éste le otorga a la participación de su militancia en los asuntos de su vida interna, de ahí la necesidad de que sea ésta, la que tome decisiones cruciales, como la elección de sus dirigentes, particularmente en el caso del Partido Revolucionario Institucional en el Estado de México.
Así lo aseguró el presidente de la organización de filiación priísta Unidad Revolucionaria (UR), Froylán Santana Gil, quien señaló que los militantes del tricolor, quienes constituyen la carne, los huesos y la sangre de ese partido, merecen ser los encargados de definir a la persona que dirigirá los destinos del Revolucionario Institucional en la Entidad mexiquense.
Manifestó que por ello, quien ocupe la presidencia del PRI en el Edoméx, debe ser una persona intachable, limpia, con un liderazgo de acero, a toda prueba y blindado contra cualquier contratiempo que se le llegue a presentar.
Santana Gil, consideró que hoy más que nunca, es momento de que el PRI se reinvente, sobre todo tras las elecciones de junio pasado, en las que se perdió el gobierno del Estado de México.
“Esa experiencia nos tiene que hacer entender que los priístas de la base militante, son los que tienen el pulso de lo que debe ser nuestro partido, ya que su labor es la más cercana a los ciudadanos”, indicó.
“Nuestra militancia es el motor que nos empuja a ser mejores, nadie mejor que ella conoce de manera directa las necesidades de la gente, sus aspiraciones, sus desencantos, puesto que son las compañeras y compañeros que tocan puertas, reparten propaganda, dan a conocer nuestra ideología y doctrina partidista, siendo incansables para ganarse las simpatías de la ciudadanía”, precisó.
Y reiteró que es justamente por todo lo anterior, que la militancia tiene que ser la que lleve a la dirigencia del PRI, al liderazgo que demuestre tener el mayor grado de compromiso con el partido y sus causas, debe ser quien defienda con orgullo la bandera del tricolor y tenga el mejor proyecto para sacarlo adelante, volviéndolo más competitivo. “Ha llegado el momento de la democracia interna”, concluyó.