HUIXQUILUCAN.- Claudia Sánchez Juárez, llega a una diputación como producto de sus relaciones familiares y personales, a través del “chapulineo”, cambiando de color partidista y de logotipos, para satisfacer su desmedida ambición por el poder, colgándose además del trabajo político de otras personas.
Así es como Sánchez Juárez, utilizando el derecho de sangre por el hecho de ser hermana del ex presidente estatal del PAN, Oscar Sánchez Juárez, para que la encumbraran a la candidatura para un escaño legislativo.
Claudia Sánchez Juárez, carece completamente de una trayectoria dentro de la izquierda, fue panista y cuando dejó de convenirle se convirtió en integrante del Partido Verde, pero cuando no encontró nada que le redituara en el movimiento ecologista, de la noche a la mañana se hizo apasionada militante de morena y seguidora de la 4T.
Beneficiada con el tsunami de morena en las elecciones de este año, al igual que Jennifer González, Claudia Sánchez, admiradora de Xóchitl Gálvez hasta hace poco, hermana del ex dirigente panista que abiertamente dijo ser admirador de Adolfo Hitler, no fue capaz de hacer una campaña decente y de compromisos concretos con la ciudadanía.
La próxima diputada, no hizo nada para merecer la curul que ocupará, en sí, se colgó de Ana Paola, la mujer que será su suplente y que fue quien hizo el trabajo áspero y a ras de piso en las comunidades y fue quien consiguió más de 20 mil votos para morena, de los que se aprovechó Sánchez Juárez para un triunfo que no logró con su propio esfuerzo (106 mil 750 votos, de los cuales fueron 80 mil de morena).