•Probosque ha realizado 153 kilómetros de brechas cortafuego para abatir más de 600 incendios forestarles en 2024.
Villa Guerrero
Una de las acciones que llevan a cabo las y los brigadistas de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque) para prevenir y combatir los incendios forestales, son las llamadas brechas cortafuego.
Funcionan como barrera artificial a las llamas, las brechas cortafuego consisten en la remoción de material combustible y las líneas negra se refieren a la quema de este material, el objetivo es delimitar un perímetro que mantenga áreas específicas a salvo del fuego; también permite retener la velocidad y la propagación del fuego.
El material combustible es la vegetación o residuos que pueden encenderse y arder; se divide en tres tipos de acuerdo con su capacidad ignición: ligero, es la hojarasca, pasto o materia orgánica en descomposición; mediano, son las ramas, raíces y conos; el pesado son los troncos, ramas gruesas y materia orgánica compacta, que tienen un tiempo de combustión muy lento.
Con este material se elaboran las líneas negras, para ello se delimita una franja de al menos tres metros a la cual se le prende fuego controlado y supervisado, así agotan el combustible que represente riesgo.
Así lo explica Casildo Román Solórzano, Coordinador de Incendios en la Región Coatepec Harinas, con 33 años combatiendo incendios en Probosque, “¿Por qué queremos hacer una brecha cortafuego? Porque es la única manera de poder retirar los combustibles, la brecha cortafuego es para de retener la velocidad y propagación del fuego.”
Para sofocar 624 incendios forestales registrados este año, Probosque cuenta con 54 brigadas oficiales y 563 combatientes, quienes han realizado 153 kilómetros de brechas corta fuego; 228 hectáreas de quemas controladas y 70 kilómetros de líneas negras.
“La herramienta que utilizamos es especializada, esta herramienta es un McLeod, es especializado para el combate a los incendios, trabajamos utilizando nuestro equipo para retirar los combustibles, limpiando el material que se encuentra por encima de la capa superficial.
“Para que no pueda brincar el fuego debemos de llegar hasta suelo mineral, hasta la piedrita de abajo, es donde ya el fuego ya no puede continuar superficialmente ni subterráneo”, detalló Casildo Román.
Finalmente, el brigadista recordó que, para tener éxito en la apertura de las brechas y la realización de líneas negras, los combatientes toman en cuenta las condiciones climáticas, uno de los factores que afecta este trabajo, es el viento, el cual genera que en ocasiones el fuego cruce la brecha, por lo que es necesario generar una segunda línea para retenerlo, encerrarlo y que no avance.